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La flora alpina del Valle de México

Con el nombre de Valle de México se conoce a la cuenca hidrográfica endorreica, en cuya parte baja se encuentra la Ciudad de México. Geográficamente forma parte de la Faja Volcánica Transmexicana, cadena de altas montañas con más de 200 volcanes que de Este a Oeste se extienden desde Jalisco hasta Veracruz. Al sureste del Valle de México se sitúa la Sierra Nevada, alineamiento montañoso donde se encuentran el Volcán Popocatépetl (5 480 m), Iztaccíhuatl (5 286 m), Tláloc (4 120 m) y Telapón (4 060 m) y hacia el sur la Sierra del Ajusco-Chichinautzin, con el Cerro Ajusco (3 930 m).

En la parte más alta de estas montañas existe un ecosistema asociado a climas muy fríos y extremos, intensidades de luz y radiación ultravioleta altas, fuertes vientos, grandes fluctuaciones de temperatura durante el día, veranos cortos e inviernos muy fríos, heladas constantes y suelo cubierto de nieve en invierno y parte de la primavera. En estas condiciones extremas se desarrolla la vegetación alpina entre los 3 800 a 4 500 m de altitud, por arriba del límite superior del bosque de pino escobetón (Pinus hartwegii) y por debajo del límite inferior de las áreas periglaciares sin vegetación. Este tipo de vegetación se conoce también con el nombre de pastizal o zacatonal alpino, denominado así por la abundancia de zacates o pastos amacollados de porte mediano o bajo.

La elevación del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl exceden el límite de la vegetación arbórea y cuya altitud permitió en el pasado, la existencia de nieves perpetuas y de pequeños glaciares. El primero tiene forma cónica y está constituido por cenizas volcánicas, mientras que, el segundo es un estratovolcán alargado de 7 km de longitud, formado por roca andesítica, cuya forma asemeja una mujer recostada; se diferencian tres alturas principales: cabeza (5 146 m), pecho (5 286 m) y pies (4 740 m), formadas por la superposición de varias corrientes de lava en diferentes etapas de erupción. El territorio de ambos volcanes, por encima de los 3 600 m, constituyen el Parque Nacional Iztaccíhuatl Popocatépetl, decretado el 8 de noviembre de 1935, cuyas cimas forman el límite entre los estados de México, Puebla y Morelos.

Las plantas alpinas han desarrollado estrategias convergentes para hacer frente al entorno hostil. Para sobrevivir crecen en forma de macollos, cojines, rosetas, o se fijan y postran sobre las rocas. Algunas hierbas pequeñas crecen en las hendiduras de las rocas con escaso suelo, poseen tallos cortos, hojas pequeñas y compactas, con frecuencia son carnosas o cerosas, tienen pelos o escamas y muchas son de lento crecimiento; las flores en algunas son relativamente grandes para atraer a los polinizadores. El inventario de la flora alpina consiste de 50 familias y 350 especies, con varios endemismos restringidos, aunque la mayoría de ellas se encuentran también en los bosques subalpinos adyacentes. Para el área del Iztaccíhuatl/Popocatépetl se han registrado más de 170 especies de plantas; las familias con mayor número son las asteráceas (familia de las dalias), poáceas (familia de los pastos) y cariofiláceas (familia del clavel y la nube); sin embargo, las dominantes en el paisaje corresponden a diferentes pastos entre los que están Agrostis tolucensis, Calamagrostis tolucensis, Festuca livida, Festuca tolucensis, Jarava ichu Muhlenbergia nigra, Muhlenbergia quadridentata y Trisetum spicatum.

Contrario a lo que se pensaría, la vegetación alpina es el hábitat de numerosos animales entre los que se cuentan 48 especies de mamíferos, entre otros, el conejo zacatuche, coyote, zorra gris, musaraña, tuza, ratones y murciélagos; 161 especies de aves como colibríes, aguilillas, gavilancillos, correcaminos y cenzontles; numerosos anfibios, reptiles e insectos, entre muchos otros. Sin embargo, este extraordinario ecosistema que depende de condiciones extremadamente frías para desarrollarse se encuentra amenazado de extinción ante el cambio climático, pastoreo, incendios, turismo masivo, cacería y extracción de biota para comercialización. Algunas especies se encuentran amenazadas y están en la Lista de especies en riesgo de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010; tres de ellas se ilustran en el calendario.